Cólico del lactante.
El cólico del lactante es una entidad de etiología desconocida, que no tiene consenso en la comunidad científica sobre su existencia. He querido poner entidad, porque no la consideraremos una enfermedad, porque es tan sólo un trastorno madurativo del intestino del lactante pequeño.
Podríamos definirlo como un llanto inconsolable que dura entre 1-3h al día, más de 3 días a la semana, más de 3 semanas consecutivas. Suele ocurrir entre la tercera semana y el tercer mes. El lactante, de forma súbita y característicamente hacia el final del día, inicia una serie de movimientos de miembros inferiores y tronco, sugestivos de dolor abdominal, con llanto o quejido asociado, que es dificil de calmar. Aparece en casi el 50% de los lactados, con mayor incidencia en los que toman leche artificial.
Por concepto, el llanto que tiene el paciente, y que puede ser muy invalidante para el paciente y para la familia, no repercute en la curva del desarrollo, y este es el primer pilar para evitar preocuparnos en exceso. No debe tener el lactante estreñimiento,y o trataremos si existe, dado que el mismo provoca molestias digestivas que pueden ser clínicamente indiferenciables de una crisis de cólico.
El segundo pilar que quisiera poner es que es un proceso autolimitado, de reconstitución a la normalidad, por lo que debemos intentar saber esperar.
Y el tercer pilar de este artículo, quisiera ponerlo en el hecho de que no existe ningún tratamiento curativo (sólo podemos curar algunas enfermedades y quiero resaltar que no es una enfermedad), aunque existen múltiples ensayos terapeúticos que a muchos niños les ha llegado a mejorar en gran medida las molestias digestivas inespecíficas.
Remedios utilizados pueden ser:
- Retirada de alimentos y aditivos a la madre (proteína de vaca, leche, café, te, chocolate, verduras de dificil digestión, legumbres,…)
- Uso de probióticos
- Medicamentos homeopáticos
- Estimulación física (biberones anticólico, estimulación rectal, baño, arropamiento,..)
En general, debemos concluir que si tu hijo tiene este problema transitorio, cualquier estrategia que nos ayude a estar más confortable, debemos utilizarla, por el bien de la salud familiar. Evitemos interpretar el llanto como expresión de dolor del lactante, consideremos la posibilidad de que sea símplemente su modo de comunicarse, nos ayudará a no sufrir mientras le dura a nuestro hijo un leve trastorno madurativo.