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El chupete se encuentra ampliamente implantado en nuestra cultura y los bebés parecen encantados con él, pero desde hace unos años su uso se ha visto envuelto en polémica. ¿Existen más riesgos que beneficios con el uso del chupete? ¿Es más recomendable en bebés no amamantados? ¿Cuándo han de ser retirados?

Su uso se fundamenta en el efecto tranquilizante que proporciona la succión, aunque sea no nutritiva.

Nino chupete pediatria

BENEFICIOS DEL CHUPETE

 Efecto tranquilizante

Como sabemos, la lactancia materna debe de ser a demanda. Se ha dicho que el chupete  podría “confundir” al niño que empieza a mamar y, por tanto,  interferir en la adecuada adquisición de una buena técnica. Siendo estrictos no debería usarse el chupete en los recién nacidos alimentados al pecho hasta que  la técnica estuviese perfectamente instaurada. Si bien, esto no se ajusta a la realidad, ya que durante los primeros días de vida,  nuestro bebé llora frecuentemente. Podemos  usar como elemento reconfortante el propio pezón materno como primera opción  y el chupete , dado que la madre no puede ofrecer el pecho al niño cada vez que éste llore o  desee succionar, desempeñando un efecto tranquilizador y de confort al bebé

En los niños alimentados con leche adaptada  puede recurrirse al chupete de forma más precoz que con el niño que toma pecho y sin miedo a que pueda interferir en la adquisición de la técnica.

Importante decir que aunque el chupete puede ser muy útil como relajante, no ha de utilizarse cada vez que el niño llore, ya que el llanto es, para él, una forma de comunicación y que existen otras formas de calmar al bebé como el contacto piel con piel.

 Prevención del síndrome de muerte súbita del lactante

El efecto protector del chupete se obtiene en el sueño que se inicia con el uso del chupete. Recalcar la importancia de la posición del recién nacido para dormir, que siempre tiene que ser “hacia arriba” o de lado.

RIESGOS CONFIRMADOS DEL USO DEL CHUPETE

Malformaciones dentarias: maloclusión

Los hábitos de succión no nutritiva se han relacionado con  maloclusiones dentarias,  sobre todo,  cuando el hábito del uso del chupete se prolonga más allá de los 3 años de edad.

Otitis media aguda

Se ha demostrado que la utilización del chupete es un factor de riesgo de OMA recidivantes, ya que el chupeteo contínuo, con las fosas nasales bloqueadas, puede aumentar el reflujo de las secreciones de la boca y la faringe hacia el interior  de la cavidad del oído medio.

Caries de los incisivos

El empleo del chupete endulzado con sacarosa o miel se acompaña de  mayor incidencia de caries en los incisivos superiores centrales, seguidos de los molares.

Accidentes infantiles

Los accidentes infantiles  por el chupete se deben fundamentalmente al uso de una cadena alrededor del cuello, y a la aspiración de una parte del chupete cuando éste está formado por varias piezas. En este sentido, las características que debe de tener un chupete para ser seguro son las siguientes:

–          Estar formado por una sóla pieza

–          Escudo con unas dimensiones mínimas de 43 x 43 mm

–          Escudo rígido o semirrígido, con la suficiente flexibilidad para evitar traumatismos, pero sin aumentar el riesgo de aspiración.

–          Escudo con orificios antiahogo

–          Cadena con broque de seguridad para fijar el chupete a la ropa

En cuanto a su buen empleo, es necesario. Limpieza adecuada, no untar el chupete con azúcar o miel y cambio por uno nuevo cuando se deteriore

En resumen, las recomendaciones pediátricas sobre el uso del chupete serían las siguientes:

–          Si vamos a dar pecho, podemos usar chupete, pero debemos de  ser cautos  durante los primeros días de vida hasta que la lactancia materna esté bien establecida. Ofrecer el pecho a demanda y utilizar el pezón materno como elemento reconfortante y  primera opción. En los casos que no sea posible, utilizar el chupete sin miedo.

–          Si alimentamos nuestro bebé a biberón podemos usar el chupete indistintamente y de forma precoz.

–          Restringir su uso progresivamente  a partir de los 2 años.

–          Cumplir las normas de seguridad

–          Ser escrupulosos con la higiene para evitar posibles infecciones bucodentales

–          Los riesgos del uso del chupete como la mala oclusión dentaria, el riesgo de OMA recidivantes o los accidentes existen y han existido siempre, pero se eliminan cumpliendo las normas de seguridad y moderando el uso a partir de los 2 años.

Concluyendo y contestando a la pregunta inicial, existen más beneficios que riesgos en el uso del chupete por nuestros niños, convirtiéndose en un gran aliado para ellos y,  para nosotros,  padres y pediatras.

 

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